Reflexión Final
Introducción
SEP 2018-JUN 2019
Balance legislativo
A lo largo de este informe hemos dado cuenta de las labores legislativas desarrolladas por este pequeño equipo de trabajo durante el primer año de ejercicio en el Senado, en representación de quienes habitan en la Ciudad de México en particular y de toda la República mexicana en general.
Desde la autonomía e independencia, las iniciativas, intervenciones y votaciones, así como las demás actividades parlamentarias que se llevaron a cabo fueron en congruencia con los compromisos que, junto con la Iniciativa AHORA, hicimos con la ciudadanía. El eje rector de la actuación parlamentaria ha sido y será apoyar todo aquello que signifique ampliar y fortalecer el ejercicio de derechos y libertades, por ello, en este año legislativo se acompañaron poco más del 70% de las decisiones en el Senado.
Coincidimos en decisiones que ayudaran a fortalecer nuestra democracia social y atender deudas pendientes que el Estado mexicano tiene con diversos sectores de población. Nos sumamos con decisión y convicción al reconocimiento de la población afro mexicana, al diseño e implementación de la participación activa de las mujeres en los tres poderes y los tres niveles de gobierno en una decisión histórica a favor de la paridad. Avanzamos también en el reconocimiento de los derechos de las personas trabajadoras del hogar, el derecho al acceso a cuidados paliativos al término de la vida, en la libertad sindical, así como en derechos sociales de las personas lgbtttiq+, la prohibición del matrimonio infantil, entre otros.
Por otro lado, en casi un 30% de las votaciones nos opusimos -en sentido negativo o abstención-, pues en nuestra opinión, algunas de esas propuestas representaban señales de autoritarismo, o bien, iban en contra de la dignidad humana o representaban una amenaza a derechos y libertades. Esto se hace más grave aún dado el momento histórico del país del que se espera avances significativos en estos aspectos centrales de la vida.
Si bien, nuestras oposiciones fueron menores numéricamente, se expresaron en aspectos fundamentales que desdibujaban la estructura democrática del Estado mexicano. Algunas de las decisiones tomadas por la mayoría en justicia, lucha contra la impunidad, seguridad y derechos humanos son un retroceso o un riesgo de tal magnitud que es de alarma por el profundo daño que pueden causar. A continuación, subrayamos algunas de ellas.
Buscamos enfrentar la militarización de la vida pública de México, por eso la primera iniciativa que presentamos fue justo la abrogación de la Ley de Seguridad Interior. Lo que sucedió a través de la expulsión de esta legislación del orden jurídico mexicano a partir de la declaratoria de inconstitucionalidad realizada por la SCJN.
Adicionalmente, nos propusimos avanzar en la lucha contra la corrupción, por una fiscalía autónoma e independiente, trabajar por los derechos de migrantes en México y en los Estados Unidos, y por hacer realidad los instrumentos de participación ciudadana, así como promover la transparencia y el Congreso abierto.
El debate del modelo de seguridad tiene una centralidad determinante en este momento. De manera impensable e increíble vemos como se retoman modelos y prácticas desde un fallido paradigma militarizante y con una centralidad punitiva altamente preocupante. Esto se refleja tanto en el modelo de la Guardia Nacional y sus leyes secundarias con tufo militar, la Estrategia Nacional de Seguridad ajena a la seguridad ciudadana y en el incremento del catálogo de delitos en los que aplica la prisión preventiva oficiosa en la Constitución, entre lo más alarmante.
Enfrentar directamente y sin rodeos los desafíos en materia de justicia y de lucha contra la impunidad se hacen esenciales en esta etapa del país, por eso nos expresamos por una Fiscalía General de la República independiente y autónoma. Lamentablemente no sucedió así, lo que lleva a perder momentum extraordinario de refundar la institucionalidad de justicia, tanto a nivel federal como estatal. Con esta decisión, muy infelizmente, el Gobierno Federal carece de autoridad moral para reclamar a las entidades federativas que conformen fiscalías independientes y autónomas.
¿Qué sigue para el próximo periodo legislativo?
El cambio empieza en casa
No podemos negar y debemos hacernos cargo de la gran desconfianza que la población tiene hacia el Congreso de la Unión en general, y hacia la Cámara de senadores en particular. Por ello, en tanto no asumamos que “la autoridad del parlamento emana en gran medida de su capacidad de reflejar fielmente la voluntad y la diversidad de todos los componentes de la sociedad, incluidos hombres y mujeres, personas con distintas opiniones políticas, grupos étnicos, minorías y grupos en situación de vulnerabilidad”, no podremos revertir esta percepción negativa que la ciudadanía tiene de esta institución de Estado.
Debemos regirnos en nuestras políticas y prácticas como un parlamento que realmente sea de “puertas abiertas y de cristal”; es decir, ser un parlamento cada vez más democrático, más transparente y más empático hacia la sociedad; escuchar y legislar más y mejor con la participación de personas, organizaciones y/o grupos involucrados y no menoscabar su expertise y aportes, como en ocasiones se hizo en los pasados meses, sobre todo cuando se trató de leyes nacionales o generales, de temas como seguridad, justicia, transparencia, austeridad y de la titularidad de órganos y Poderes autónomos que fungen como pesos y contrapesos.
Esto conlleva a mirarnos hacia adentro, críticamente y repensarnos, a fin de limpiar y democratizar la casa, ser congruentes y pugnar por cambios democráticos al interior del Senado de la República, y generar mecanismos en donde todas las voces sean verdaderamente escuchadas, tanto en las comisiones como en otros órganos legislativos, promover y reformar los ordenamientos y procesos, así como cambiar viejas prácticas con las que actualmente operamos como órgano colegiado. La autoridad que hace las leyes es la primera obligada a cumplirlas y a sujetarse a sus normas y procedimientos.
Estamos conscientes de que, al interior del Senado, en materia presupuestal, se han hecho esfuerzos sin precedentes y se han iniciado una serie de cambios administrativos y operativos. El próximo ejercicio nos dará la oportunidad de evaluar estas medidas. Habrá que consolidar lo pertinente y mejorar lo necesario, como los derechos y prestaciones laborales del personal, el trabajo en comisiones, entre otras.