28 de mayo 2020.
El País.
Cuarentena en una plataforma petrolera cercada por el virus: “Pemex nos abandonó”
Los fallos y retrasos en los protocolos de la petrolera mexicana abonan la expansión de los contagios ante la indignación de los trabajadores de instalaciones marítimas.
Cuando Jorge Luis Ríos se enfundó el uniforme amarillo y las botas de piel, el coronavirus todavía parecía lejano. El 6 de abril salió hacia el puerto de Ciudad del Carmen, en el Estado de Campeche, con cuatro mudas de ropa de trabajo y la insulina para tratar su diabetes. Era temprano pero el calor húmedo del Golfo de México ya se pegaba a la piel. En la lancha, le esperaban otros 60 compañeros de guardia, todos vestidos igual y sentados codo con codo. No les hicieron pruebas de covid-19 y no llevaban cubrebocas. Iban a pasar 15 días en una plataforma petrolera a tres horas en barco.
Desde el aire, Abkatún Alfa parece una araña de agua, cuerpo panzón y patas que se hunden en la profundidad. Está a unos 100 kilómetros de la costa, pero huele más a gasolina que a mar. La plataforma descansa sobre un campo descubierto en los años 70 por Pemex, la petrolera estatal. Aunque la producción lleva años de declive, en marzo se extrajeron 12.400 barriles diarios de crudo y 15,7 millones de pies cúbicos de gas. Las aproximadamente 350 personas que allí trabajan son como una segunda familia. Aislados del mundo, en el tiempo libre juegan a cartas, hacen ejercicio en la corredera o se asoman afuera. En esta época, el mar está tranquilo, salvo cuando sopla el viento del norte y las olas rompen fuerte contra la estructura de hierro.