27 de marzo 2021.
Milenio
Ricardo Raphael.
Hacia finales de 2020 aumentó el número de personas que no tienen para pagar la canasta básica de alimentos. La pobreza más extrema se mide por la brecha que hay entre el gasto que una persona requiere celebrar para alimentarse de manera adecuada y el ingreso con el que cuenta para sufragar ese gasto.
Según el Consejo Nacional de Política del Desarrollo Social (Coneval), hacia diciembre del año pasado cuatro de cada 10 habitantes del país se encontraban en esta penosa circunstancia. La económica derivada del coronavirus provocó dos fenómenos coincidentes: de un lado, que las personas más pobres no pudieran abandonar el piso de la construcción social donde hay más miseria y, del otro, que a ese mismo piso se mudaran otras personas cuyo ingreso el año anterior los protegía.
Durante 2020, mientras la escalera de ascenso social quedó bloqueada, la que se usa para descender vio pasar por sus escalones a un tropel de individuos. Para explicar mejor lo ocurrido imaginemos que toda la sociedad mexicana viviera en un edificio de cinco pisos, y que en cada uno de ellos habitaran, en promedio, 9.6 millones de familias.