13 de abril 2021.
El financiero
El 26 por ciento de nuestra población no está afiliada a servicio de salud alguno. La aspiración de contar con cobertura/acceso universal claramente no se ha logrado.
El miércoles pasado se celebró el Día Mundial de la Salud. Estos días conmemorativos se instauran para hacer conciencia sobre algún problema público, para atraer la atención sobre un tema particularmente importante o que ha caído en el olvido. El tema de la salud está en nuestras conversaciones de manera intensa desde hace un año. Con la irrupción de la pandemia reconocimos cuán frágiles somos, sobre todo cuando no hay un aparato de salud pública que pueda atendernos a mitad de una emergencia.
Por ser el Día de la Salud, en México Evalúa, junto con organizaciones muy queridas y respetadas como el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY) y la Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, elaboramos un posicionamiento que presenta evidencia sobre la fragilidad de nuestro derecho de acceso a la salud. La brecha entre los que acceden a él y los que no es muy grande. Muchos mexicanos se quedan fuera. Esto sin contar la calidad de los servicios; también existen enormes brechas en este aspecto. Pienso de inmediato que ésta debería ser una prioridad del presidente López Obrador. ¿Cómo es posible que una agenda de justicia social no coloque a este tema en el centro? Si el acceso a la salud no amerita estar entre sus prioridades, entonces que alguien me explique a qué se refiere cuando dice que “primero los pobres”.