El martes 10 de diciembre todo era felicidad comercial en Norteamérica: México, EU y Canadá firmaban una actualización de su acuerdo comercial ahora llamado T-MEC. Incluso, el Senado mexicano se apresuró a aprobarlo antes de que concluyera la semana.
Sin embargo, en medio de tanta euforia, el subsecretario para Norteamérica de la cancillería, Jesús Seade, dijo que el gobierno de Donald Trump buscaba imponer mecanismos adicionales a lo acordado.
Seade rechazó que EU le metiera un gol a México en la última negociación del T-MEC. “El gol no es gol, es algo unilateral de ellos”, dijo el negociador mexicano Seade sobre la figura de agregados que verificarían el cumplimiento de la reforma laboral en el país.
12 de diciembre. Ratificación
Día de fiesta en el Senado, que en el Pleno ratificó los justes al tratado comercial entre México-Estados Unidos y Canadá conocido como T-MEC con 107 votos a favor y uno en contra, de Emilio Álvarez Icaza.
La oposición criticó los añadidos votados porque consideraban que eran desventajosos para México y que no fueron revisados lo suficiente. El legislador y coordinador de los senadores de Morena, Ricardo Monreal, defendió el aval y dijo que las bancadas podrían seguir con el análisis si tuvieran disposición para hacerlo.
Incluso el presidente López Obrador se refirió a lo ocurrido en el Senado como “una buena noticia”.