Celebramos con alegría la entrega de la Medalla Belisario Domínguez a Rosario Ibarra de Piedra.
Es un acto de justicia, no sólo a ella, sino a todas las madres y familiares de desaparecidos, dando lecciones de dignidad, justicia y esperanza.
Construyeron el Comité ¡Eureka! y a partir de eso han luchado por una luz de esperanza por la justicia.
Todavía hay cientos de desaparecidos, familias sobrevivientes de la guerra sucia, por lo que hago un llamado a la SEDENA y a SEMAR a que abran sus archivos y se sepa dónde están. No se puede construir transformación alguna sobre fosas clandestinas, cadáveres y dolor de las familias. No sólo de la guerra sucia, sino de aquellos abusos recientes, cumpliendo una verdadera justicia transicional.
Comparto la ceremonia oficial de la entrega de la medalla.