7 de noviembre 2020.
Animal Político.
La judicialización de uno de los 47 casos que investiga la FGR es una esperanza para los allegados de las víctimas. Denuncian, sin embargo, que las pesquisas van muy lentas y que no hay voluntad de llevar a los marinos ante el juez.
Simeón Reyes Lima salió de casa de su hermana Fabiola en la colonia Buenavista de Nuevo Laredo, Tamaulipas, y jamás regresó. Aquella noche había llegado con un amigo a tomar unas cervezas y le mandaron al Oxxo a comprar algo. Eran las 23 horas del 4 de mayo de 2018. Menos de 12 horas después su cuerpo era identificado en la carretera Colombia 122, el municipio de Anáhuac, Nuevo León, a 66 kilómetros de distancia.
Lo habían enterrado a otros dos cadáveres, los de Juan Carlos Rendón Vega y Humberto Coatzozon Zapot, y tenía tres disparos en la cara, aunque lo que lo mató fue un balazo directo en la sien. Además, mostraba signos de tortura: golpes, cortes, quemaduras.