Washington Post
Ricardo Raphael
21 de junio 2021
Foto: Marco Ugarte
El estado mexicano de Sonora vive una guerra cruel por los recursos naturales. La lista de las víctimas de esta confrontación crece todos los meses. El 27 de mayo desapareció el vocero del pueblo yaqui Tomás Rojo Valencia. Dos semanas después fue acribillado en Cajeme Luis Urbano Domínguez, activista también a favor de los derechos del pueblo yaqui. El 3 de mayo, en ese mismo municipio, perdió la vida Abel Murrieta Gutiérrez, candidato a presidente municipal, exprocurador general de la entidad y abogado de la familia LeBarón, cuyos integrantes también son víctimas de esta guerra. El común denominador de todos estos casos es la lucha por el territorio.
A principios de noviembre de 2019 fueron asesinados tres mujeres y seis niños de la familia LeBarón en una emboscada en el municipio de Bavispe. Alfonso Durazo, entonces secretario de Seguridad Pública federal, afirmó que esta tragedia pudo ser la consecuencia de una disputa por el territorio entre organizaciones criminales.