Milenio
7 de julio 2021.
Por Sergio López Ayllón
El presidente López Obrador inició una nueva sección en sus conferencias matinales: “Quién es quién en las mentiras de la semana”. El asunto generó fuertes reacciones. Entre muchas otras, Carmen Aristegui afirmó que este ejercicio era un “absoluto despropósito”. Pedro Vaca, relator especial para la libertad de expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, pidió al gobierno mexicano reconsiderar este espacio. Ricardo Raphael, escribió en MILENIO que periodistas y defensores de derechos humanos estaban siendo estigmatizados.
¿Por qué este ejercicio ha causado tanta polémica? En principio, combatir la desinformación que generarían algunos medios de comunicación es un propósito loable. El problema aparece cuando examinamos algunos de sus supuestos detrás de este espacio.
El primero es que el Presidente ejerce su “derecho de réplica” y su “libertad de expresión”. Error. Los derechos y libertades se otorgan a las personas justamente para ejercerlas frente al poder público y permitir el libre flujo de información, el debate y la crítica.