Por México Unido contra la Delincuencia
México está inmerso en un proceso de militarización que, aunque inició en la seguridad pública, se ha expandido a otras funciones civiles y se ha convertido en un negocio a través de la reasignación y deformación de presupuestos públicos para empoderar a las Fuerzas Armadas (FFAA), así como el uso de los recursos públicos para su propio beneficio, ingresos o prestaciones. En el transcurso se viola el Estado de derecho, se genera un desequilibrio de poderes y se impide la rendición de cuentas, representando un riesgo para la democracia mexicana.