1 de septiembre 2020.
Versión estenográfica
Presidente.
Distinguida Asamblea.
Buen año legislativo, que sea un año de altura y de construcción de paz.
Deseamos los mejores augurios a la mesa, al Presidente y a toda la Mesa Directiva.
El tema que nos ocupa es probablemente uno de los temas más dolorosos de la agenda de derechos humanos.
El derecho internacional de los derechos humanos, la desaparición forzada de personas es concebida como un delito continuado, un delito continuado que se actualiza todos los días, hasta que no haya una evidencia física o legal, que el paradero de la persona.
Los familiares de las víctimas no tienen descanso, hay madres que día a día siguen poniendo el lugar en la mesa de su hija esperando que regrese.
Hay padres, que dejan abierta la puerta con la esperanza de que algún día su hijo pueda regresar.
Hay padres y madres que mueren buscando a sus hijos, sin saber dónde están.
Nepomuceno Moreno, Miriam Rodríguez, Maricela Escobedo, Sandra Luz, Luis Abraham.
Son sólo algunos de los padres y madres de los miles en este país, que murieron sin saber dónde están sus hijos.
En realidad, México vive una tragedia, una extraordinaria catástrofe humanitaria en materia de desaparición forzada de personas.
Según el registro que lleva la Comisión Nacional de Búsqueda que infelizmente no da nombres, hay más de 73 mil 200 personas desaparecidas o no localizadas en México, para que tengamos una dimensión, en Argentina, durante la dictadura se desaparecieron 30 mil personas.
El reconocimiento oficial es de más del doble de eso, es casi el 350 %, y todos sabemos que hay un subregistro, es una dramática catástrofe, tremendamente dolorosa, y aprobar este documento que llega tarde, llega 10 años tarde, por un error que cometió el Senado en 2008, de no aprobar en sus términos a la Convención y poner una reserva en el artículo 31, como ya se dijo, llega tarde, porque México no está respondiendo a las víctimas y a los familiares de víctimas.
Han tenido, incluso qué acudir a la justicia internacional y distintos amparos, María Herrera y Juan Carlos Trujillo, interpusieron un amparo, el 13 de marzo del 2019, la justicia federal les dio la razón y, con la aprobación de este instrumento, atenderemos a la justifica federal, a doña Mary, como se le conoce, ustedes la recordarán, cuando se hicieron los diálogos en el Castillo de Chapultepec, con las víctimas del entonces Presidente de la República, a una mujer que le han desaparecido a 4 hijos, a Raúl, a Salvador, a Luis Armando y a Gustavo, ella tuvo que acudir a la justicia federal, para obligar a que se aprobara lo que hoy se va a votar, y espero que sea en afirmativo.
Doña Mary, representa el valor, el amor y la entrega de víctimas y familiares que buscan justicia en este país.
Pero debo decirles, que, si bien me alegra que se vaya a aprobar que, por cierto, no sólo llega 10 años tarde, sino que hace un año, el Presidente López Obrador nos dijo que se iba a presentar, no sé por qué se tardó un año en presentarse, pero finalmente lo celebro, qué bueno que ahora sí se cumple lo que el Presidente ordenó hace un año.
Hoy en la tarde, Guadalupe Rodríguez, del Colectivo Familiares de Personas Desaparecidas en Chilpancingo, me habló para decirme la dificultad que tiene para ellas, buscar en las fosas desaparecidos.
México sigue siendo un campo santo de miles de fosas e infelizmente, la Fiscalía General de la República, les pone obstáculos a las víctimas para buscar a los familiares, haciendo el trabajo que tendría que estar haciendo la fiscalía, las fiscalías estatales, la propia Comisión Nacional de Búsqueda, con más y mejores recursos, porque hay que así reconocerlo, esto ayudará a que no resuelve, necesitamos una política pública que atienda la deuda que tenemos con las víctimas, y también la CEAP que, por cierto, es un desastre en términos de su función.
Aprobar este instrumento, es un pequeño paso, pero lo que necesitamos es instituciones a la altura de las víctimas, que nos dan un ejemplo extraordinario de amor, cuando dicen que hacen lo que hacen para que otras personas no sufran lo que ellas han sufrido, es probablemente el acto de amor en su entrega, ellas están haciendo, ellos están haciendo lo que tendría que hacer el Estado mexicano.
Por eso, que sirva este instrumento como un ejemplo para poder dotar con los recursos suficientes en materia de política pública.
Esta aprobación es un acto de justicia, para que las víctimas no tengan que decirnos dónde están, dónde están nuestros hijos, dónde están nuestras hijas, dónde están nuestros hermanos, dónde están nuestros familiares, dónde están nuestros hijos.
Ellos gritan y gritan: “¿Por qué los buscamos? Porque los amamos”, contestan.
Se grita en las calles: “Nos faltan 43 y miles más”.
Ojalá este Senado pudiera estar a la altura de las víctimas y todas las instituciones públicas con el recurso y la condición de su dignidad y su amor.
Por eso, hoy voy a votar a favor.
Muchísimas gracias por su atención.