
Arnulfo durante varios años acompañó movimientos sociales, como a las familias de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa. Recientemente estuvo apoyando a comerciantes ambulantes de la ciudad de Tlapa, que vivían abusos por parte del presidente municipal de esta localidad. Por esa acción de defensa, mi esposo sufrió amenazas y descalificaciones públicas.