4 de diciembre 2020.
Si bien la minuta del Senado sobre Cannabis fue un avance, es moderado y mantiene un espíritu punitivista y prohibicionista.
Si como producto de las audiencias públicas en San Lázaro la
Cámara de Diputados la modifica y mejora, colocaría a México en liderazgo en la materia.
El uso de la cannabis no se aborda desde una perspectiva de derechos. Lo que se tiene que discutir no es si se está de acuerdo o no, sino cómo el Estado debe garantizar su ejercicio a usuarios sin limitaciones de asociación o reunión.
Es un acierto que el consejo rector sea el consumo adulto y responsable de la Cannabis, del que quedan excluidos niñas, niños y jóvenes, y acompaño la prohibición expresa para evitar su consumo en escuelas o establecimientos donde pudiera haber población infantil y juvenil.
Es pertinente políticas públicas de protección a comunidades indígenas productoras, que eviten prominencia de grandes industrias para apropiarse del mercado.
Hay avances, pero quedamos a deber a consumidores. Incluso con el nombre del instituto para “controlar” su consumo.