9 de junio 2020.
Edición 118
Rogelio Gómez Hermosillo M.
Acción Ciudadana Frente a la Pobreza A.C
@RGHermosillo
Por tercera ocasión consecutiva, la pobreza crecerá en el inicio del sexenio. Así les pasó a Calderón y a Peña Nieto y así le puede pasar a López Obrador. No es buena noticia para el país y menos aún para quienes padecen esa situación. Esto sucederá incluso a pesar de que el gobierno afirma que sus programas son suficientes para apoyar al 70% de la población con menores ingresos, aun en medio de esta emergencia.
A diferencia de los dos sexenios anteriores, en esta ocasión los avisos de alerta están ya levantados a tiempo. El Coneval es el órgano del Estado mexicano, responsable de medir la pobreza y evaluar la política social. Ha presentado un informe con un pronóstico poco halagador: casi 11 millones de personas (mdp) más en pobreza extrema y casi 10 millones de personas más en pobreza (por ingresos en ambos casos).
Múltiples voces desde la sociedad civil organizada, desde ambientes académicos, desde organismos internacionales, e incluso desde los organismos empresariales han manifestado esta misma preocupación.
Estos escenarios se pueden evitar. Al menos, se puede reducir su impacto. Si bien la crisis económica es inevitable, su impacto en empobrecimiento y en desigualdad puede ser menor, siempre y cuando se actúe de manera oportuna y eficaz. De ahí se deriva la gran responsabilidad de no escuchar y, sobre todo, de no actuar.
En este texto abordo tres preguntas: ¿Por qué crecerá la pobreza? ¿Por qué los nuevos programas sociales del gobierno no lo pueden evitar? ¿Qué medidas se requieren para evitar el empobrecimiento y el aumento de la desigualdad?