Aristegui Noticias
“Somos una marcha pacífica, somos una marcha de protesta, no somos una caravana. Estamos protestando por las corrupciones que hay en el INM, por el racismo y xenofobia”, dijo uno de los migrantes antes de que la caravana emprendiera el camino este sábado.
Desde un día antes de que la cuarta caravana migrante saliera de la ciudad de Tapachula -lugar donde más de 50 mil solicitantes de refugio son obligados a permanecer-, agentes migratorios y de la Guardia Nacional (GN) armados, buscaron disuadirlos efectuando detenciones y rondines. No lo lograron. Los migrantes caminaron 42 kilómetros cuando, al amanecer, finalmente los detuvieron en un operativo violento.
La jornada inició para Giovany con una golpiza. Para ahorrar recursos, el joven migrante decidió dormir la noche del viernes en el parque central de la ciudad de Tapachula y, junto a personas de otras nacionalidades, esperar ahí la salida de la cuarta caravana.
A la una de la mañana del sábado, agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) y la GN, armados con equipo táctico, chalecos antibalas y armas largas, llegaron al parque a detenerlos, en un intento por disuadir la salida de cientos de migrantes que este sábado salieron buscando escapar de esa ciudad.