Largometraje sobre verdad, justicia, memoria, reparación y paz
Auditorio Octavio Paz
5 de febrero, 2020
18 hrs
Senado de la República, CDMX
Como un cambio radical y necesario en la narrativa en torno a la Guerra contra el Narcotráfico, El guardián de la memoria presenta la belleza y el dolor del pueblo de Guadalupe en Chihuahua. Con atardeceres longevos, coloridos y silenciosos, el documental se aleja de la presentación de elementos obvios que hacen alusión a la guerra.
En cambio, la directora y guionista Marcela Arteaga presenta amaneceres cálidos y vientos que arrastran la arena del desierto hacia fuera y dentro de Guadalupe, como una metáfora para entender su violenta historia.
Basta con notar la soledad, que es un personaje más en este territorio, para entender que hay una historia oscura que contar. Las casas derruidas, con algún color vivo todavía, conservan los recuerdos de las familias desplazadas por la violencia originada en la llamada Guerra contra el Narco. Otras viviendas, aún ocupadas, pero dañas como si hubiera pasado un terremoto o un tornado, son prueba visual suficiente de la violencia que está por terminar con un pueblo.
Sin el escándalo de metralletas o el rojo de sangre, esta película rememora a las víctimas, a través de la voz del abogado Carlos Spector, quien hace frente a la impunidad en la frontera.
La historia de El Guardián de la Memoria, que logró el Premio Ojo a Largometraje Documental Mexicano en el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) 2019, narra la escalada de violencia en Guadalupe desde el 2008. A ese pueblo llegaron primero los policías federales, detonando rivalidad con los estatales y los municipales. Más tarde la situación empeoró, pues llegaron los militares.
Los testimonios que presenta la película coinciden, por desgracia, de muchas maneras: adultos que recuerdan a sus hijos que salieron a jugar, a trabajar, o a la escuela y que no regresaron. Abuelos y abuelas que se volvieron padres, madres, abogados, activistas y luego víctimas de extorsión por alzar la voz.
El guardián de la memoria aborda el rol del periodismo, los medios y los activistas en lo que parece ser el fin de la democracia en ese territorio, ahora en quietud. El documental retrata la forma en que, ante un ineficaz sistema de justicia, cuando las familias de inocentes desaparecidos o asesinados protestan o indagan por su cuenta, son amenazados por las autoridades, en este caso, bajo el mando del entonces gobernador de Chihuahua, César Duarte.
Carlos Spector, que creció en Guadalupe y que además es judío, observó que el interés mutuo de los grupos en el poder era acallar a la población que pensaba diferente o que no se sometía al terror. Porque otro común denominador entre las víctimas era la falta de miedo, pues les habían quitado todo y ya no había nada que perder.