5 de julio 2020.
El País.
La derrama económica de la construcción ha ido en caída durante la Administración de López Obrador, en gran parte porque ha adjudicado sus grandes obras a las Fuerzas Armadas.
Al encargarle la construcción de sus obras más emblemáticas, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha hecho del Ejército mexicano un agente económico vital para el país. A pesar de que esta decisión causa malestar dentro de su Gabinete por la cercanía que implica entre el poder Ejecutivo y el militar, el mandatario parece obviar cualquier posible interferencia e insiste en defender sus obras a toda costa, porque, considera, sacarán adelante al país y ya “generan muchos empleos”.
La experiencia dice lo contrario. De acuerdo con expertos y observadores, la derrama económica para el país sería mayor si la obra hubiera sido construida por una empresa especializada. México sufre ya los inicios de una anunciada recesión que se espera sea histórica. En su más reciente encuesta a economistas, el banco central reportó que la expectativa de contracción económica este año será del 9% —el pronóstico más pesimista en el registro que data de 1999—. Una encuesta telefónica del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática arrojó que 12 millones de personas en el país han perdido su fuente de ingresos desde el inicio de la pandemia de coronavirus.