Versión estenográfica
El tema que ahora nos ocupa es el análisis en materia de política interior y probablemente esta es una de las materias más críticas y que el Senado de la República tendría que dar seguimiento minucioso a algunos de los componentes.
Hay temas que tienen que ver con derechos humanos, con la realidad democrática y el tema del sistema de justicia.
Uno de los temas que más nos preocupan es que infelizmente a considerar el acuerdo que tomamos en 2019, el tema de la inseguridad y la atención a las víctimas ha tenido un retroceso muy significativo, y eso quisiera subrayarlo.
La política de atención a las víctimas ha tenido un retroceso muy importante no solo en cuanto a la desaparición de los fideicomisos, sino en materia importante de política pública. La CEAV está absolutamente echada para atrás y se ha dejado en la desatención a múltiples víctimas y familias.
Fue también muy notable el retroceso que hicimos en materia de derechos adquiridos para la atención de la Fiscalía General de la República y me parece que no podemos hablar de transformación si se deja a las víctimas en el abandono.
Más adelante vamos a discutir el tema del creciente proceso de militarización que vive este país no solo en materia de seguridad pública, sino en muy diversas materias. El hecho real es que se ha reconstituido un pacto cívico militar y hoy se manda el mensaje que el Presidente gobierna con las Fuerzas Armadas.
La construcción de la paz ha quedado como un lejano anhelo, se apostó a una política que infelizmente no se ha llevado a cabo. Las transferencias financieras no han servido para garantizar derechos y las otras partes del programa en materia de construcción de paz están muy lejos.
Tal vez la parte de abrazos no sería necesariamente la mala de la propuesta del Presidente, el problema real es que la actuación de la autoridad no ha sido, incluso, yo no sé para qué quieren a las Fuerzas Armadas en labores de seguridad pública si les dan instrucciones de no intervenir.
Todos los indicadores en materia de seguridad y derechos humanos están mucho peor, la crisis en materia de derechos humanos se ha agudizado y hay elementos como para sí pensarlo en algunos fenómenos: el fenómeno de la desaparición en este país está en uno de sus peores momentos, el Registro Público, que corre del ´64 a la fecha, tiene al día de hoy 105 mil 742 personas desaparecidas. Al término de esta administración, de continuar el escenario tendencial, ésta será la administración con más personas desaparecidas en la historia.
Basta ver, en otra de las grandes dimensiones de crisis que tenemos, lo que ha señalado el Movimiento por Nuestros Desaparecidos, donde hay ya una crisis forense de 52 mil cadáveres sin identificar. La política pública para atender esta emergencia nacional borda ya no lo ridículo, sino una perversa simulación.
Recibimos la visita del Comité de Naciones Unidas Contra las Desapariciones Forzadas y tenemos ahí una ruta de atención que necesariamente tendría que atenderse.
Sucede un fenómeno similar con los homicidios en contra de periodistas y defensoras de derechos humanos, este sexenio acabará, probablemente, con el peor récord en los años recientes.
Subrayo un tema que este Senado tiene como pendiente y que infelizmente no se ha resuelto, el tema del desplazamiento interno forzado. Miles de familias viven la tragedia de no poder tener una política pública que les reconozca. La Secretaría de Hacienda ha intervenido para que esta ley no prospere, una minuta que está aquí y esperamos que en este período pueda ser atendido.
La crisis de migración no tiene precedente, México ha abandonado su tradicional política de solidaridad para abrazar una política de seguridad nacional que estructuralmente viola los derechos humanos.
El tema de la prisión preventiva oficiosa es probablemente una de las mayores contradicciones en materia de derechos humanos que se tiene en la actual administración.
Y termino, es inaceptable la construcción de una gobernabilidad democrática con el asedio a los órganos autónomos, como se vive. La división del poder y el modelo democrático supone eso, la construcción de una normalidad democrática.
Lo que hoy estamos viendo –y termino, presidente– es, de continuar las cosas como van, la herencia de esta administración será un narcoestado militarizado y autoritario.