Fray Miguel Concha Malo fue una figura central en el proceso de formación, expansión, consolidación e incidencia política del movimiento por los derechos humanos en México. Pionero de esta causa, su biografía personal se fundió y entremezcló con ella.
Sacerdote de la Provincia de Santiago de la Orden de Predicadores en México, doctor en teología, periodista, maestro universitario e intelectual público volcado a favor de la paz y la justicia social, el padre Concha fue también un referente obligado en la lucha por la democratización del país y por la dignificación de los de abajo. Cristiano progresista, su libro La participación de los cristianos en el proceso popular de liberación en México (1968-1983) es un clásico para comprender la experiencia de las Comunidades Eclesiales de Base.
En una nación en donde el movimiento soa cocial está altamente fragmentado y dividido, Miguel Concha fue una personalidad de unidad y consenso; en un país en el que la corrupción brota a borbotones, el padre Concha constituyó una referencia ética indiscutible.
Fray Miguel fue, literalmente, marcado por la experiencia trágica de la Iglesia católica progresista latinoamericana de la década de los setenta y ochenta del siglo pasado y la represión que sufrió a manos de las dictaduras militares. “Hoy sabemos –escribió en el diario Unomásuno– que desde 1968 alrededor de 850 obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas latinoamericanos han sido encarcelados, torturados, asesinados o han desaparecido”.