Animal Político
Familias protestan en Monterrey por lo que consideran un mal manejo de la información. La CNB pide que se integren todas las carpetas y que se realice un análisis de contexto sobre la zona.
El anuncio del hallazgo de un centro de exterminio en Nuevo Laredo, Tamaulipas, ha generado incertidumbre en decenas de familias que buscan a sus desaparecidos en la zona. Según dijo Karla Quintana, de la Comisión Nacional de Búsqueda, en una zona cercana al kilómetro 26 de la carretera Monterrey-Nuevo Laredo fueron hallados construcciones con indicios de crematorios ilegales de cuerpos, palas, hachas y otros objetos que permiten pensar que el lugar todavía estaba activo.
La situación de inseguridad en el área, las inconformidades de algunas familias por el flujo de la información y la petición de la CNB de integrar las carpetas de todos los desaparecidos en la zona marcan un hallazgo que vuelve a situar a Tamaulipas como un foco rojo dentro del mapa del horror en México. Por el momento hay varios familiares colaborando con la Fiscalía General del Estado de Tamaulipas en las exhumaciones y otros tantos que han decidido no sumarse y que son críticos con el manejo de los datos. Un grupo se manifestó el jueves en Monterrey para mostrar su inconformidad por la confirmación pública. “Se debía hacer con más tacto”, dijo Juana María Prado Vega, esposa de Pedro Jesús Castro Villarreal, desaparecido el pasado 23 de abril. Otras asociaciones, como el Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo, solicitaron más información para las familias.