El Espectador
Javier Ciurlizza, exsecretario ejecutivo de la Comisión de la Verdad de Perú y actual director de la Fundación Ford para el Área Andina, habla del impacto que tendrá en la sociedad lo que diga esa entidad cuando entregue su informe. Dice que ese documento profundizará la polarización y que la comisión no puede ser ingenua frente a los actores políticos.
Hace 18 años, el 23 de agosto de 2003, la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) del Perú entregó su informe final con los hallazgos de graves violaciones a los derechos humanos cometidos durante el periodo de conflicto armado que vivió este país (1980-2000) y en el mandato de Alberto Fujimori, a partir de 1990.
Esta Comisión empezó su trabajo el 4 de junio de 2001, luego de la caída del régimen de Fujimori y trabajó durante dos años. Se encargó de investigar la violencia cometida por las guerrillas Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), así como la responsabilidad y delitos cometidos por el Estado peruano y sus fuerzas militares.