Guatemala, 1 de noviembre 2019.
A continuación, varias de sus impresiones relativas al tema migrante y de contexto en Guatemala.
¿Cuáles cree usted que son los efectos de la complacencia de los gobiernos del Triángulo Norte a la política del presidente de EE. UU., Donald Trump?
Son efectos diferenciados, pero… voy a decirlo sin pretender hacer un insulto, son tontos útiles a la política electoral del presidente Trump, es decir se prestan voluntaria e involuntariamente a la estrategia electoral para tratar de construir la idea de que la migración centroamericana es una amenaza, entonces quieren contenerla.
¿Se podría cambiar la tendencia del flujo migratorio si se modifican las causas que lo generan?
Pero eso se podría hacer desde otra perspectiva, en lugar de tener cooperación militar en ese tipo de cosas, ¿por qué no hacer cooperación para el desarrollo y pobreza?
Yo creo que muchos centroamericanos no se van porque quieren, se van por condiciones de pobreza, desigualdad y de inseguridad, si se atendieran esas condiciones es muy probable que mucha gente no se iría y las familias no se dividirían.
Otra cosa es la aceptación de facto de acuerdos como de Tercer País Seguro e incluso algunos casos sin conocerse, de hecho, en Guatemala no se conoce bien de los compromisos que adquirió el presidente Jimmy Morales.
Con respecto a la administración Trump y también genera una doctrina de seguridad nacional por escalas, es el mismo discurso del Gobierno de Estados Unidos, que reproduce, México, Guatemala, El Salvador y tiene efectos de xenofobia, porque en México se empiezan a rechazar a los centroamericanos.