3 de febrero 2020.
Revista Brújula Ciudadana
Colaboración
Emilio Álvarez Icaza Longoria
Senador de la República por la Ciudad de México, sin grupo parlamentario
Van poco más de dos años del inicio del “nuevo” gobierno, aunque tal vez pudiera haber quien sienta que ha transcurrido mucho más tiempo. Hay una infinidad de sucesos que se presentan a gran velocidad en la agenda pública nacional e internacional, que eventualmente llevan a fortalecer esta percepción. Sin embargo, en este tiempo hemos podido ver acciones tanto ejecutivas y administrativas, como legislativas, que nos permiten tener una idea más definida del talante y el talento de esta administración. Más allá de expectativas, herencias e inercias, ya podemos valorar en sus méritos y términos a este gobierno, aunque ciertamente tampoco se pueden asumir posiciones últimas o inamovibles, faltan todavía dos terceras partes de la gestión y la difícil aduana de las elecciones intermedias en junio de este 2021.
A estas alturas, se aprecia con nitidez que vivimos un fenómeno tal de concentración de poder, atribuciones, presupuesto y decisiones, que muchos de los incipientes y aún débiles logros de la transición mexicana a la democracia están siendo debilitados, erosionados o de plano eliminados.
No podemos negar algunos avances en democracia social y en reducción de los excesos de los gastos de la burocracia, lo que no es menor. Sin embargo, si juntamos las piezas de este entramado que poco a poco se construye, vislumbramos el armado de un rompecabezas que se asemeja a los métodos, las formas y fondos de corte autoritario y contrario a las narrativas y formas de la democracia. Es pertinente advertir que, con esta excesiva concentración y centralización, paulatinamente nos estamos conduciendo de manera peligrosa hacia una autocracia, tal vez en cámara lenta o pausadamente, pero ciertamente en esa dirección. Si se juntan las piezas legislativas, ejecutivas y acciones políticas de esta administración, poco a poco se desvela un armado que está más cerca del autoritarismo que de la democracia.