29 de julio 2020.
Milenio
Para evitar que el problema de la desnutrición se agudice durante esta pandemia de covid-19, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) urgió a los gobiernos a encontrar los mecanismos para continuar la entrega de desayunos y comidas escolares aún sin volver a la escuela, ya que tras la suspensión de clases en marzo, los niños más vulnerables han perdido su principal alimento, en un contexto en el que cinco de cada 10 hogares se encuentran en un grado de inseguridad alimentaria, es decir, son incapaces de satisfacer sus necesidades alimentarias mínimas.
El llamado es parte de 12 recomendaciones dirigidas a tomadores de decisiones, emitidas por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la Organización de las Naciones Unidad para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), el Grupo Intersecretarial de Salud, Alimentación, Medio Ambiente y Competitividad (Gisamac) y la Unicef, incluidas en el documento “Prevención de mala nutrición en niñas y niños en México ante la pandemia de covid-19”, que resaltan la necesidad de crear un fondo presupuestal de emergencia para la protección de la nutrición de grupos vulnerables. En entrevista con MILENIO, Sachse -uno de los redactores del documento-, sostuvo que los alimentos que esos niños ingerían en sus escuelas, constituye en muchos de los casos la principal comida que reciben a lo largo del día, por lo que ante su ausencia en el contexto de covid-19, los infantes se encuentran en riesgo de padecer algún tipo de desnutrición, incluso llegar a la anemia, o en otros casos, incrementar su consumo de alimentos chatarra, que muchas veces están más disponibles que los alimentos sanos, por lo que insistió en que el gobierno debe resolver cómo seguir dotando los desayunos y comidas escolares.