Versión estenográfica
La discusión o la necesidad de llamar la atención a las entidades federativas, a los gobiernos de la República, digamos, de las entidades federativas sobre leyes de amnistía, es un tema que es obligado a apoyar.
En esta etapa de la vida, en este momento histórico del país, no hemos podido asumir a plenitud lo que requiere el país en materia de justicia transicional, la obligada revisión del pasado, la obligada revisión de las estructuras de justicia que reproducen la impunidad y seguimos arrastrando, y probablemente esa fue una de las mayores decepciones del gobierno de Fox, que no se metió a hacer un proceso de justicia transicional ni el de Calderón ni el de Peña.
Y eso reprodujo una serie de condiciones estructurales que a la larga han llevado al contexto que tenemos hoy de violencia. En este gobierno se presumió una Ley de Amnistía que en realidad mal se implementó durante la pandemia; no obstante, la bonhomía de la idea, pero claramente con la limitación, se dijo y pasó que esa Ley de Amnistía ha tenido un efecto realmente mínimo, incluso en temas que pudiéramos estar todos de acuerdo para liberar a mujeres que han sido injustamente presas por temas que no corresponden en materia de penalización como la interrupción legal del embarazo.
Pero quiero llamar la atención en particular también sobre procesos de detención que se están llevando a cabo de distintos liderazgos sociales. Ustedes me han escuchado y quiero reiterar el caso de Kenia Hernández. Kenia Hernández es una líder indígena de Guerrero que está presa en el Cefereso 16 de Morelos. Está presa en un reclusorio de alta seguridad. Para poder visitar a Kenia, van tres veces que lo hago, se tienen que pasar más de 25 controles que incluyen detección de rastros de explosivos, revisión corporal por mecanismos electrónicos y manuales. Y la verdad de las cosas es que uno se pregunta por qué una líder indígena tiene que estar en un reclusorio de alta peligrosidad y no hay más razón que cuando uno observa que hay una peligrosa tendencia a criminalizar la protesta.
Hemos tenido las facilidades de la autoridad penitenciaria en su momento del Comisionado Ávila, ahora del Comisionado Ruiz, cosa que agradecemos, pero sí tenemos serios problemas. En ese Cefereso 16, hace tan sólo tres semanas, hubo 900 personas contaminadas por alimentación, 900 personas se enfermaron en ese reclusorio federal, esencialmente por la comida que ahí se le dio. Y no puede ser posible que se siga regateando el bienestar de las personas internas, no tienen otra fuente de alimentación más que la que da la propia administración. Esa es sólo una de las condiciones que aparecen de alerta, presidente.
Quiero llamar la atención a que no puede ser un gobierno que se dice de izquierda quien esté poniendo en reclusión a líderes indígenas. Incluso, lo discutimos aquí en diciembre pasado, se criminalizó y se penalizó la toma de las casetas cuando en mucho tiempo muchos de los compañeros que aquí están utilizaron ese método de lucha, incluso, como un medio de protesta pacífico, no puede ser que se recriminalice lo que hoy vive Kenia Hernández, ya son tres relatores de Naciones Unidas que han pedido su liberación. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos lo ha pedido y distintos organismos internacionales. Las leyes de amnistía, que es el tema que nos ocupa, están hechos justo para casos como éstos, para no generar condiciones de abuso y criminalización de la protesta.
Tengo amigos que pueden estar en contra de esto, pero lo que no puede pasar es que generemos una condición de abuso del derecho penal. Y, por eso, me parece fundamental que promovamos que haya este tipo de mecanismos porque lo que ha venido pasando es que estamos utilizando el derecho penal para lo que no es, hay la pretensión de querer resolver todo por la vía penal, incluso, yo creo que tendríamos que revisar, porque es muy usual en esta soberanía, pretender resolver los problemas de inseguridad subiendo las penas, lo cual es un error, el derecho penal no sirve para eso.
Por eso, me parece que el caso de Kenia Hernández ejemplifica bien la necesidad de estas leyes de amnistía y es un llamado de atención para que no utilicemos el derecho penal para lo que no es. Bien se haría en recuperar el sentido original que se dijo de reconciliar al país por esta vía que parece que a cuatro años ya se olvidó. Por eso avisamos que vamos a votar a favor de esta iniciativa y pedimos, una vez más, la liberación de Kenia Hernández.